lunes, 24 de enero de 2011

Fragmento de "Ilusiones"

...

-¿Dónde has aprendido todas esas cosas Don? Sabes tanto... o a lo mejor yo creo que lo sabes. No. Sabes mucho. ¿Es todo fruto de la experiencia? ¿No recibiste ningún adiestramiento formal para llegar a ser Maestro?
- Te dan un libro para que lo leas.

Colgué de los cables un pañuelo recién lavado y miré a Don.

- ¿Un libro?
- El Manual del Salvador, una especie de Biblia para maestros. Por ahí tengo un ejemplar, si te interesa.
- ¡Sí! ¿Dices que se trata de un libro corriente que te enseña?

Hurgó un poco en el compartimento del Travel Air y sacó un volumen de pequeño formato, forrado con un material que parecía gamuza.

Manual del Mesías,
Recordatorios para el Alma
Evolucionada

- ¿Qué cuento es ése del Manual del Salvador? Aquí dice Manual del
Mesías.
- Bueno, eso.

Empezó a recoger los cacharros dispersos alrededor de su avión, como si pensase que era hora de proseguir viaje.
Hojeé el libro, que consistía en una colección de máximas y párrafos breves.

“Perspectiva :
Utilízala y Olvídala.
Si has abierto esta página,
olvidas que lo que sucede
a tu alrededor no es real.
Piensa en esto.

Recuerda de dónde has venido,
a dónde vas, y por qué provocaste
el desbarajuste en el que te has metido,
para empezar.
Recuerda que tendrás una muerte horrible.
Todo depende del buen entrenamiento,
y la disfrutarás más si no pierdes de vista
todos estos detalles.

Sin embargo, debes tomarla
con un poco de seriedad.
Las formas de vida menos avanzadas
no entienden generalmente que marches riendo
al patíbulo, y te menospreciarán
por loco.”


- ¿Has leído esto acerca de la pérdida de perspectiva, Don?
- No.
- Dice que tendrás una muerte horrible.
- No es inevitable. Todo depende de las circunstancias y de la forma en que resuelvas apañarte.
- ¿Tu tendrás una muerte horrible?
- Lo ignoro. ¿No te parece que sería un poco absurdo, ahora que he dejado el oficio? Bastará una discreta y modesta ascensión. Lo decidiré dentro de pocas semanas, cuando termine lo que he venido a hacer.

Le reproche que bromeaba, como acostumbraba a hacerlo alguna que otra vez, y no imagine entonces que lo de las "pocas semanas" fuera en serio.
Volví a la lectura del libro y comprobé que se trataba realmente de los conocimientos que necesitaría un maestro.

"Aprender
es descubrir
lo que ya sabes.
Actuar es demostrar que
lo sabes.

Enseñar es recordarles a los demás
que saben tanto como tú.
Sois todos aprendices,
ejecutores, maestros.

Tu única obligación
en cualquier periodo vital
consiste en ser fiel a ti mismo.
Ser fiel a otro ser o a otra cosa
no sólo es imposible,
sino que también es el
estigma del falso
Mesías.

Los
interrogantes más sencillos
son los más profundos.
¿Dónde has nacido? ¿Dónde esta tu hogar?
¿A dónde vas?
¿Qué haces?

Plantéatelos
de tiempo en tiempo,
y observa como cambian
tus respuestas.

Enseña mejor
lo que más necesitas
aprender".

- Te veo muy callado, Richard - comento Don, como deseoso de entablar conversación.
- Sí - respondí, y continué leyendo. Si este era un libro escrito exclusivamente para maestros, no quería soltarlo.

"Vive
de manera tal
que nunca te avergüences
si se divulga por todo el mundo
lo que haces o dices...
aunque
lo que se divulgue
no sea cierto.

Tus amigos
te conocerán mejor
en el primer minuto del encuentro
que
tus relaciones ocasionales
en mil
años.

La
mejor forma
de rehuir la responsabilidad
consiste en decir : "Tengo
responsabilidades".



Noté algo extraño en el libro.

- Las páginas no están numeradas, Don.
- No - respondió - basta con abrirlo y encuentras lo que estés buscando.
- ¡Un libro mágico!
- No. Puedes hacerlo con cualquier libro. Incluso con un periódico viejo, si lo lees con suficiente atención. ¿No has fijado nunca algún problema en tu mente y has abierto luego cualquier libro que tengas a mano para observar lo que te dice?
- No.
- Bien, inténtalo alguna vez.
Lo intenté. Cerré los ojos y me pregunté qué me sucedería si seguía junto a aquel extraño individuo. Era divertido estar con él, pero no podía librarme de la sensación de que, dentro de no mucho tiempo, le ocurriría algo nada regocijante, y no quería estar cerca cuando pasara. Pensando en eso, abrí el libro con los ojos cerrados; volví a abrirlos y leí:

" La criatura estudiosa
que llevas adentro,
el travieso ser espiritual
que encarna tu auténtica personalidad ,
te guía por la vida.

No vuelvas la espalda
a los futuros posibles
antes de estar seguro de que no tienes
nada que aprender de ellos.


Siempre gozarás de libertad
para cambiar de idea
y elegir otro futuro,
u otro
pasado".

¿Elegir otro pasado? ¿Literal o figuradamente, o qué quería decir...?
- Creo que estoy un poco mareado, Don. No sé cómo podría asimilar estas lecciones.
- Con práctica. Un poco de teoría y mucha práctica - respondió -. Necesitarás aproximadamente una semana y media.
- Una semana y media.
- Sí. Convéncete de que conoces todas las respuestas, y las conocerás. Convéncete de que eres un maestro y lo serás.
- Nunca he dicho que quisiera ser un maestro.
- Es cierto - asintió -. No lo has dicho.

Pero conservé el manual, y no me pidió que se lo devolviera…

/Cap. 4 - Ilusiones - Richard Bach/