lunes, 6 de julio de 2009

de "Reglas del arte de la vida" - K C F Krause.

de “Reglas del arte de la vida” que se leen en el “Diario de la vida de la humanidad (13 de enero de 1811), de Karl C. F. Krause”:
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1. Cuanta diligencia pone el pintor en expresar en el lienzo el ideal de cada figura, y sobre todo, del personaje principal. En cada hombre que tienes delante, dejas pintada tu propia imagen y una parte de tu historia. Esta imagen tuya queda en muchos viva y durable, y se renueva cuantas veces piensa en ti, y a veces influye en ellos como ejemplar de su vida, y acaso trasciende más allá. Expresa, pues, e imprime cuidadosamente tu imagen en la fantasía de los otros hombres, pero con fidelidad al original. Procura manifestarte ante tus consocios tan bello como eres en ti; nada dejes aparecer inhumano, o indigno o feo en estas mil imágenes que dejas de ti en el comercio con otros hombres: que puedan todos renovar en sí tu imagen con respeto y amor.
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2. Estima el amor de dios sobre todo amor. Descansa confiadamente en Dios, como el hijo en el seno de su padre. Si te ves desconocido o contrariado por los hombres, piensa que el Padre común conoce igualmente a ti y a ellos, y nos abraza a todos con igual amor. Si te sientes desalentado para el bien, piensa en Dios y en el orden divino del mundo, y recobrarás el amor y la fuerza para el bien general, como ser y parte del mundo en Dios.
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3. Si deseas influir sobre tus amigos, sobre tus amados o el pueblo en que has nacido, o sobre la historia contemporánea, comienza por el hombre más cercano: Tú Mismo. Si quieres vivir según el hombre mayor en la tierra, comienza por formar en ti con idea y carácter el hombre menor: Tú Mismo, como hombre individual y social.
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4. Toda buena y bella obra, cumplida por otro hombre, debe serte tan grata como si tú la hicieras y cumplieras. Todos somos igualmente miembros de la humanidad: el bien que toca a cada uno, toca inmediatamente a los demás. Si a tu hermano se le logra algún fin mejor que a ti, congratúlate de ello como hombre; porque de lo bueno hay infinito y nuevo quehacer; todos dejan a todos, y a ti harto de trabajar y merecer. ¿La rosa que crece al lado de otra más bella, es menos bella por esto?, o ¿pueden otras innumerables rosas quitarles su particular belleza?. Si a tu hermano le sonríe la fortuna cuando no sufres, cuando tus esfuerzos son contrariados, gózate todavía en el bien del otro, y reúne con él en la común humanidad. La contemplación de la propia desgracia ante la fortuna o la elevación inmerecida ajena, engendra pasión en las almas débiles; en las nobles, al contrario, engendra ánimo constante, esfuerzo perseverante y simpatía humana hacia el bien de todos.
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5. Cuando te sientas tibio para el bien en general, acuérdate del anciano abandonado, del enfermo, de la desamparada viuda y del huérfano, del esclavo corporal, del sensual grosero, del injusto triunfante, del inocente oprimido, de las penas corporales que degradad todavía a la humanidad, los suplicios del salvaje que mata a su hermano para devorarlo... y piensa que pecas contra la humanidad, si no trabajas para desterrar de la tierra, por medios legítimos, todo lo inhumano y enfermo, procurando con obra y doctrina, hacer conocida y amada de los hombres la ley de la humanidad.
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(texto extraído de la biografía de K.C. F. Krause por Julián Sanz del Río).

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