lunes, 31 de agosto de 2009

"VUESTRO PENSAMIENTO Y EL MÍO" - de Khalil Gibrán

"Vuestro pensamiento es un árbol profundamente arrai­gado en el suelo de la tradición y cuyas ramas crecen por el poder de la continuidad.
Mi pensamiento es una nube vagando en el espacio. Se convierte en gotas que, al caer, forman un arroyuelo que canta en su camino hacia el mar. Luego se eleva hacia el cielo hecho vapor.

Vuestro pensamiento es una fortaleza que ni el rayo ni el vendaval pueden sacudir.
Mi pensamiento es una tierna hoja que se mece en todas direcciones, y que se deleita meciéndose.

Vuestro pensamiento es un antiguo dogma que no puede cambiarte, y al que tú tampoco puedes cambiar.
Mi pensamiento es nuevo y me pone a prueba, y yo a él, día y noche.

Vosotros tenéis vuestro pensamiento, y yo el mío.

Vuestro pensamiento os permite creer en la desigual batalla del fuerte contra el débil, y en los ardides que los astutos emplean contra los ingenuos.
Mi pensamiento crea en mí el deseo de trabajar la tierra con mi azada, y de cosechar con mi guadaña los granos, y de construir mi casa con piedra y argamasa, y de hilar mi ropa con hebras de lino y lana.

Vuestro pensamiento os insta a casaros con la riqueza y la fama.
El mío recomienda la seguridad en sí mismo.

Vuestro pensamiento aboga por fama y ostentación.
El mío me aconseja y me implora dejar de lado la noto­riedad y tratarla como un grano de arena arrojado sobre la costa de la Eternidad.

Vuestro pensamiento infunde la arrogancia y la superio­ridad en vuestros corazones.
El mío siembra dentro de mí el amor a la paz y el deseo de independencia.

Vuestro pensamiento engendra sueños de palacios con moblaje de sándalo con incrustaciones de joyas, y lechos de hebras de seda entrelazada.
Mi pensamiento me habla suavemente al oído: "Sé limpio de cuerpo y espíritu, aunque no tengas dónde apoyar la cabeza."

Vuestro pensamiento os hace aspirar a títulos y cargos.
El mío me exhorta a servir con humildad.

Vosotros tenéis vuestro pensamiento y yo el mío.

Vuestro pensamiento es la ciencia social, un diccionario de religión y política.
El mío es un simple axioma.

Vuestro pensamiento habla de la mujer hermosa, de la fea, la virtuosa, la prostituta, la inteligente y la tonta.

El mío ve en todas las mujeres a la madre, la hermana o la hija de un hombre.

El tema de vuestros pensamientos son los ladrones, los criminales y los asesinos.
El mío declara que los ladrones son los hijos del mono­polio; los criminales, la progenie de los tiranos; y los asesi­nos, consanguíneos del asesinado.

Vuestro pensamiento describe leyes, cortes, jueces, castigos.
El mío explica que cuando el hombre crea una ley, la viola o la obedece. Si existe una ley básica, somos todos iguales ante ella. Aquel que desdeña al mezquino es mezquino también. Aquel que se jacta de menospreciar al pecador, se jacta de desdeñar a la humanidad toda.

Vuestro pensamiento concierne a los expertos, los artis­tas, los intelectuales, los filósofos, los sacerdotes.

El mío habla del amante y el afectuoso, del sincero, el honesto, el recto, el amable y el mártir.

Vuestro pensamiento propugna el judaísmo, el brahma­nismo, el budismo, el cristianismo, el islamismo.

En mi pensamiento sólo existe una religión universal cuyas variadas- sendas no son sino los dedos de la amante mano del Ser Supremo.

En vuestro pensamiento existen los ricos, los pobres, y los empobrecidos.
Mi pensamiento sostiene que no existe otra riqueza que la vida; que todos somos mendigos y que no existe benefactor alguno, salvo la vida misma.

Vosotros tenéis vuestro pensamiento y yo tengo el mío.
De acuerdo con vuestro pensamiento, la grandeza de las naciones radica en la política; los partidos, las conferencias, las alianzas y tratados.
Pero el mío proclama que la importancia de las naciones radica en el trabajo: el trabajo en el campo, el trabajo en los viñedos, el trabajo en el telar, el trabajo en la curtiembre, el trabajo en la cantera, el trabajo en el aserradero, el trabajo en la oficina y en la imprenta.

Vuestro pensamiento sostiene que la gloria de las nacio­nes son sus héroes. Entona alabanzas a Ramsés, Alejandro, César, Aníbal y Napoleón.
Pero el mío alega que los verdaderos héroes son Confucio, Lao-Tsé, Sócrates, Platón, Abi-Taleb, Al Gazali, Jalal Ud-Din Rumi, Copérnico y Pasteur.

Vuestro pensamiento ve la fuerza en los ejércitos, los cañones, los buques de guerra, los submarinos, los aviones y el gas tóxico.
Pero el mío afirma que la fuerza radica en la razón, la determinación y la verdad. No importa cuánto tiempo resista un tirano, será, finalmente, el perdedor.

Vosotros tenéis vuetro pensamiento y yo tengo el mio... "

(fragmento)

Khalil Gibrán, poeta, pintor, novelista y ensayista libanés, nacido el 6 de enero de 1883, fallecido el 10 abril 1931.

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