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sábado, 14 de abril de 2012

“La Actual Globalización Exige un Nuevo Paradigma de Cooperaciòn”


Entrevista a Leonardo Boff (*)
“Es el momento de encontrar un nuevo paradigma, que supere lo viejo y dinamice lo nuevo. Debe ser un eje esencial de las relaciones planetarias”, enfatiza Leonardo Boff, teólogo de la liberación, uno de los más prominentes pensadores latinoamericanos contemporáneos.
Si la globalización es la lógica predominante en el planeta; si la tierra es el espacio común único, y los seres humanos una especie profundamente interdependiente; entonces la antigua noción de cooperación Norte-Sur debe ser redefinida. “Es el momento de encontrar un nuevo paradigma, que supere lo viejo y dinamice lo nuevo. Debe ser un eje esencial de las relaciones planetarias”, enfatiza Leonardo Boff, teólogo de la liberación, uno de los más prominentes pensadores latinoamericanos contemporáneos. En esta entrevista exclusiva Boff apuesta a un “Contrato social universal,” donde imperen relaciones justas, una cultura del diálogo- consenso, y, particularmente, una cooperación realmente solidaria.
REFLEXIÓN AL CUMPLIRSE 50 AÑOS DE E-CHANGER (INTERCAMBIAR)
Entrevistador (E): La humanidad vive en un planeta cada vez más global. ¿Cuál es el desafío presente y futuro de la relación entre hemisferios, continentes y hombres?
Leonardo Boff (LB): Esta globalización significa una nueva etapa de la historia de la humanidad y de la tierra que se caracteriza porque todos los pueblos, culturas, tradiciones, religiones se encuentran en un lugar único, la casa común, el planeta tierra. Entonces, debemos compartir. No hay otra alternativa. Este concepto, tal vez, constituye el aspecto singular de este momento. Como nunca, hoy, el ser humano se reconoce como una especie, una familia, que habita un espacio que tiene recursos limitados, con superpoblación y en una tierra que se muestra enferma dado al calentamiento global y el desequilibrio pronunciado de los ecosistemas.
Esta constatación global exige una solución global. Una acción global sólo puede resultar de la colaboración, de la solidaridad que cada cultura, religión, ser humano, persona, iglesia, país, pueda promover en beneficio de la totalidad. Por lo tanto, la actual globalización exige una nueva cooperación y solidaridad.
LA COOPERACIÓN RIGE EL UNIVERSO:
E: Es decir...
LB: Sin la cooperación y la solidaridad quedaríamos presos del viejo paradigma que se caracteriza por la competencia y no por la colaboración. Un mundo de conflictos, enfrenamientos, de una gran acumulación de riquezas por una parte minúscula en detrimento de la exclusión de la otra parte mayoritaria. Pienso que por primera vez, dada la magnitud de la crisis, se da la posibilidad de entender que los recursos de la tierra deben ser distribuidos en forma equitativa entre todos los seres humanos. Eso exige una gestión global y consciente de los recursos con que contamos. Y ahí la categoría central de la cooperación y la solidaridad. Conceptos que no dependen de la virtud individual que uno pueda o no tener. Una cooperación y solidaridad en el marco del trasfondo de lo que nos confirman los astrofísicos, los biólogos, los científicos en general. Quienes afirman que la ley más universal del universo es la cooperación de todos con todos. Como decía el físico alemán Heisenberg, la ley máxima es que todo tiene que ver con todo, en cualquier momento y circunstancia. El todo es hecho con la suma de los entes virtuales y reales. El conjunto de energías del conjunto de los seres. Y allí rige la cooperación y la solidaridad de unos con otros para que todos puedan vivir y coexistir asegurando el respeto de la biodiversidad.
E: ¿Sostiene la figura del planeta como casa común y los seres humanos, no importa en que continente, como la gran familia humana?
LB: La noción del Estado-Nación existe y tiene su función, pero en cierta forma es una categoría del pasado. Ahora, la Nación única es la tierra. Y todos los seres humanos son ciudadanos de la misma. Conservando las experiencias que ellos han hecho a lo largo de siglos, en sus culturas, ecosistemas, mundo de valores y espiritualidades. Todos aportan y comprueban que esas dimensiones son todas humanas. Significa que el ser humano puede ser humano de mil formas diferentes. Que no hay una sola forma occidental y cristiana. El conjunto de esas manifestaciones diversas son dignas, expresan la riqueza de lo que significa el ser humano. Y ahí aparece la familia humana, con distintos rostros, hermanos y hermanas, formas de vivir diferentes, pero todos como miembros de la misma. Hay muchas especies de seres vivientes. Entre ellas el ser humano, que forma dicha familia. Y el gran sueño de la familia, por pequeña que sea, es reunirse, celebrar juntos, festejar la generosidad de la naturaleza. Y este es el sueño de la familia humana que se sienta alrededor de la mesa de la casa común, para disfrutar lo que la tierra puede ofrecerle y los bienes culturales que hemos creado. Y entonces, en ese caso, la familia se sentirá contenta. No en un valle de lágrimas sino en un terreno de bienaventuranzas.
EL VIEJO PARADIGMA DE LA COOPERACIÓN
E: Diferentemente a su visión humana y humanista de la cooperación, lo que hoy impera, sin embargo, es la reproducción de mecanismos de dominación del Sur por parte del Norte... Y, a veces, en ese marco, la cooperación aparece como una fórmula para tranquilizar conciencias.
LB: Es la estrategia del viejo paradigma. Que haya naciones que tengan la hegemonía. Donde una entre ellas es imperial y domina e impone rumbos. Ese paradigma no busca cambiar el sistema sino, a lo sumo, disminuir los efectos negativos del mismo. Y ahí entra la visión tradicional de la cooperación, que no cambia ni las relaciones de poder ni los privilegios. La tierra crucificada, dividida en muchos países, explotada. Con una cooperación existente pero que no constituye el eje mismo de la sociedad planetaria, que sirve para tranquilizar la mala conciencia de algunos, que intenta tranquilizar a los que sufren para que no se rebelen, mientras el sistema que crea marginados se mantiene intacto. Esa visión, pienso, se está desgastando. Y cambiamos rotundamente de rumbo y referentes o vamos hacia un conflicto generalizado.
GLOBALIZACIÓN, BALCANIZACIÓN Y COOPERACIÓN
E: En ese desafío de paradigmas, aparece un concepto –muy debatido en los diversos Foros Sociales Mundiales- de particular peso: el del Sur Global. ¿Cuál es su visión?
LB: Hay dos actitudes y tareas importantes. La primera, reforzar a los países del Sur para que ellos tengan más fuerza de negociación con el Norte. Reivindicando, por ejemplo, mejores precios de sus productos en el comercio internacional; influyendo sobre las políticas internacionales. La segunda, es darse cuenta que el proceso mundial es contradictorio: existe al mismo tiempo globalización y balcanización. En ese sentido es muy importante que exista esa articulación del Sur global, porque es justamente en el Sur donde existen todos los elementos que necesita el Norte: agua dulce, petróleo, diversidad. Todo eso está en el Sur pero cada vez más re-colonizado por las empresas multinacionales. Si bien existe esa contradicción Norte-Sur, es importante ver la tierra como la ven los astronautas, como una entidad única y junto con ella la humanidad formando un ente solo. De allí encima, no se ven las diferencias Norte-Sur, si este ser es católico o musulmán... Y en el nuevo paradigma es fundamental esa visión. E impedir lo que promueve la explotación actual de recursos: la bifurcación de la gran familia humana.
El gran riesgo hoy es que los poderosos construyan un Muro de Berlín que separe el Norte y el Sur. Que utilicen todas las tecnologías y avances como la biotecnología o la nanotecnología, para que en el Norte se viva hasta los 130 años, dejando al resto de la humanidad afuera. Y pienso que uno de los desafíos humanísticos clave hoy –que incumbe también a las iglesias- es el de mantener unida la familia humana, impedir la bifurcación. Y aquí vuelvo a insistir en el valor del nuevo concepto de cooperación. No debemos pensarlo como un dato más. Sino como un proyecto personal y colectivo, que anime la relación entre los pueblos y mantenga unida la familia humana. De lo contrario habrá profundos desgarramientos.
E: Entendiendo entonces al Sur global como la unión de los marginados tanto del Sur como del Norte...
LB: Esta observación es muy importante. No debemos comprender lo del Norte y Sur como categorías sólo geográficas, sino sociológicas. Y es esencial la unión de ese Sur global porque le da fuerza al grito contra la injusticia. Sería importante definir une especie de diplomacia popular. Que los pueblos se visiten, se encuentren, se sientan, vean las respectivas voluntades de amar, de construir... Y ahí desaparecerán rápidamente los preconceptos. Descubrimos que todos somos humanos, frágiles, llenos de deseos, que queremos la felicidad. Y que todo eso vale mucho más que una nutrida cuenta en un banco. Y que el ser humano es mucho más importante que cualquier proyecto tecnológico. Todo eso es sólo posible, insisto, a partir del contacto de piel con piel. ¿Porqué no promover un verdadero Contrato Social Mundial, que hoy por hoy no existe. Un Contrato que nazca desde abajo, desde los pueblos.
UNA NUEVA COSMOVISIÓN
E: ¿Podría definir más ese nuevo paradigma de sociedad planetaria? ¿Algunos conceptos esenciales de la misma?
LB: Más que preceptos o reglas me parece que hay que pensar direcciones y rumbos. En primer lugar, el convencimiento de que tenemos una sola tierra como casa humana. Luego, que la tierra-humanidad es una gran unidad. La tierra es vida y no sólo tiene vida sobre ella. Esa tierra-humanidad hay que protegerla porque está amenazada por actividades irresponsables de los seres humanos, especialmente en los últimos trescientos años al generalizarse un modo de producción industrialista.
En tercer lugar, la ética fundamental es la del cuidado. Todo lo que vive exige un cuidado. Nosotros mismos no existiríamos sin el cuidado de nuestras madres al nacer. Otro punto clave, es desarrollar la compasión. No como piedad sino promoviendo la capacidad de sentir como el otro. Y crear estructuras que permitan que la tierra pueda existir. El quinto aspecto es el de la responsabilidad universal. Darnos cuenta de las consecuencias de nuestros actos. No podemos impulsar una guerra hoy porque significaría la destrucción de la especie humana. No podemos usar los organismos genéticamente modificados porque producen consecuencias enormes a la estructura de la vida. Eso implica promover una ética de la vida. Y tener en cada país o región cuerpos éticos que estudien las consecuencias de los actos. Impulsar una ciencia con conciencia. No una ciencia para el desarrollo sino para la vida, que sea buena para las grandes mayorías. Complementariamente, y un sexto aspecto, estoy convencido de que una ética no se impone si no hay un áurea de espiritualidad. Un sentido más amplio de la vida.
Estamos enganchados con algo que trasciende el mundo, somos seres en una serie infinita de acción que sólo descansan cuando identifican esa realidad más trascendente y ven lo que está por detrás.
Permitiendo que la vida continúe. Poniendo orden en el caos del universo. Algo que los seres humanos respeten y valoren. A esto las religiones le han dado como nombre “Dios”. En todo caso sin esa espiritualidad el ser humano siente un vacío enorme. Y una advertencia: es bueno que las culturas desarrollen todo eso. No hay que dejar que la espiritualidad sea el monopolio de las religiones, sino un dato antropológico.
LA COOPERACIÓN “PIEL A PIEL”
E: Volviendo al plano de la cooperación. Hablaba anteriormente de la importancia del contacto “piel a piel” para la construcción de una nueva cultura planetaria. Hay una tendencia en el Norte de subestimar la cooperación que promueve el intercambio entre personas. Lo que más es la transferencia tecnológica y los resultados cuantitativos-mesurables.
LB: La crítica viene de un viejo modelo de desarrollo sólo material, que busca sobre todo eficiencia, que ve las relaciones objetivas con la naturaleza como más importante que las transformaciones sociales. Y eso es una visión débil. Porque en verdad el garante de la felicidad del ser humano, que unifica la familia humana, no es el cúmulo de bienes materiales, una tecnología más desarrollada, sino el sentimiento de felicidad, de autoestima, de reconocimiento, de respeto, de amor entre personas y pueblos. Eso no está en el banco ni en la bolsa de valores sino en el corazón humano. Hay una lucha entre dos paradigmas que también toca la cooperación. El viejo, es materialista, calculista, eficientista. En realidad necesitamos tecnología, ciencia, producción. No queremos ser obtusos en nuestros pensamientos. Pero queremos un modelo donde la ciencia pueda integrar la poesía, donde la producción se integre con la celebración y la fiesta. Una combinación compleja que hace la plenitud del ser humano.
E: Otra tendencia de la cooperación no logra trascender la relación marco Norte-Sur. No entiende que hay un verdadero potencial en el intercambio Sur-Sur y que hay nuevos espacios, como el de las redes mundiales, el de los foros sociales, que potencian significativamente una forma futura de cooperación diferente...
LB: Es contradictorio para esa tendencia aceptar nuestra cosmovisión porque es anti-sistémica. Y esas categorías tan válidas como la del intercambio, enriquecimiento intercultural mutuo etc. no caben en el universo mental de los que defienden números, cuentas, rentabilidad. Es esencial construir una plataforma común, humana, basada en el diálogo. Lo que puede facilitar el diálogo del gran gerente de una transnacional helvética y una persona de la base en un país latinoamericano no es la racionalidad, sino la razón sensible, la inteligencia emocional. Dado que el mundo está globalizado hay que generalizar el aparato de conversación. Todo el mundo conversando, intercambiando. Y sobre esa base, acentuar los puntos comunes, las convergencias en la diversidad. La concepción que no prioriza este intercambio interpersonal, muchas veces termina apostando a la violencia como vector de imposición, sea militar, ideológica, informativa etc.
Una reflexión final…
LB: Compartir con ustedes un convencimiento que creo que es mutuo. En mi caso, luego de tantos años de luchas, muchas de ellas perdidas porque el sistema nos venció más de una vez, rescato dos elementos importantes. Uno, que a pesar de todo, hemos seguido, perseveramos, continuamos, sin conceder nada. La otra, que nos consideramos semilla. Ya eso es importante. Para que juntos con otros la convirtamos en árbol grande...

“La Tierra No Aguanta Más”


Entrevista a Leonardo Boff (2009)*

Introducción: La crisis ambiental irrumpe en el primer plano mediático de cara a la Conferencia del Clima de Copenhague, Dinamarca, que se celebrará del 13 al 18 del próximo diciembre. Las perspectivas no son optimistas por falta de un consenso previo para alcanzar un acuerdo definitivo. “A pesar de los pronósticos sombríos, tengo confianza de que la esperanza vencerá al miedo y que la vida es más fuerte que la muerte”, asegura el teólogo brasilero Leonardo Boff al iniciar esta entrevista exclusiva durante su reciente visita a Suiza. Boff, uno de los padres fundadores de la Teología de la Liberación recibió el 7 de noviembre el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Neuchâtel. Previamente, la misma semana, animó un debate público organizado por las ONG de cooperación solidaria E-CHANGER y Misión de Belém Immensee en la Casa de Solidaridad Romero (RomeroHaus) en Lucerna, donde participaron 200 personas.

Entrevistador (E): Todo el mundo habla hoy de la problemática ecológica que vive el planeta. Usted fue uno de los primeros, ya en los años ochenta, en alertar sobre este tema. ¿Cuál es su análisis de la actual situación medioambiental?

Leonardo Boff (LB): Hay muchos indicadores científicos que apuntan a la irrupción de una tragedia ecológica y humanitaria. Nada esencial ha cambiado desde la redacción de la "Carta de la Tierra" en 2003 que elaboramos un grupo de personalidades del mundo entero. Decíamos en ese maravilloso documento: “Estamos en un momento crítico de la Tierra en el cual la humanidad debe escoger su futuro. Y la elección es ésta: o se promueve una alianza global para cuidar a los otros y la Tierra o arriesgamos nuestra destrucción y la devastación de la diversidad de la vida”.

E: “Se consume más de lo que la Tierra soporta” Una afirmación tajante que no acepta términos medios ¿Cómo se sustenta?

LB: En la confluencia actual de tres crisis estructurales. La crisis debido a la falta de sustentabilidad del planeta Tierra; la crisis social mundial; y la crisis del calentamiento creciente.

E: ¿Puede ejemplificar esa afirmación?

LB: A nivel social, casi la mitad de la humanidad vive hoy por debajo del nivel de miseria. Las cifras son aterradoras. El 20% más rico consume el 82,49 % de todas la riqueza de la Tierra y el 20% más pobre, se tiene que contentar con un minúsculo 1,6%.
En cuanto al calentamiento de la Tierra, la FAO (Organización de la ONU para la Alimentación) ha advertido de que en los próximos años habrá entre 150 y 200 millones de refugiados climáticos. Las previsiones más dramáticas hablan de un aumento para 2035 de 4°C. Y se especula para final del siglo con un aumento de 7°C. Si esto realmente se produce, ningún tipo de vida hoy conocido podrá sobrevivir. En cuanto a la crisis de sustentabilidad, doy un ejemplo ilustrativo: la humanidad está hoy consumiendo un 30% más de la capacidad de reposición. Es decir un 30% más de lo que la Tierra misma puede reponer.

E: Sin embargo esta tendencia consumista del planeta no es nueva...

LB: No. Pero lo que es nuevo son los niveles acelerados de ese deterioro. Según estudios de todo crédito, en 1961 precisábamos de la mitad de la Tierra para dar respuesta a las demandas humanas. En 1981 se daba un empate, es decir ya necesitábamos la Tierra entera. En 1995 sobrepasamos en un 10% la capacidad de reposición, aunque todavía era soportable. En 2008, superamos el 30%. La Tierra está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más.

E: “En algunos años se necesitarían dos Tierras” ¿Con perspectivas futuras todavía más preocupantes?

LB: Si se mantiene el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial entre 2-3% por año, como está previsto, en 2050 necesitaríamos dos planetas Tierra para dar respuesta al consumo, lo que es imposible porque contamos con una sola.

E: ¿Eso obliga a comenzar a pensar en otro paradigma de civilización?

LB: En efecto. No podemos producir como venimos haciendo hasta ahora. El actual modelo de producción, el capitalista, parte del falso presupuesto que la tierra es como un gran baúl del cual se pueden sacar recursos indefinidamente para obtener beneficios con la mínima inversión posible en el tiempo más corto. Hoy queda claro que la Tierra es un planeta pequeño, viejo y limitado que no soporta una explotación ilimitada. Tenemos que dirigirnos hacia otra forma de producción y asumir hábitos de consumo distintos. Producir para responder a las necesidades humanas en armonía con la Tierra, respetando sus límites, con un sentido de igualdad y de solidaridad con las generaciones futuras. Ése es el nuevo paradigma de civilización.

E: Copenhague: la influencia del poder económico Para volver al hoy y al aquí... En pocas semanas se celebrará en Copenhague la Conferencia sobre el Clima. ¿Hay perspectivas de un acuerdo?

LB: Hay una premisa clave. Debemos hacer todo lo posible para estabilizar el clima evitando que el calentamiento de la tierra sea mayor a 2 ó 3 grados y que la vida pueda continuar. Comprendiendo que ya ese calentamiento implicaría una devastación de la biodiversidad y el holocausto de millones de personas, cuyos territorios no serán más habitables, especialmente en África y en el sudeste asiático. Me preocupa, en ese escenario, la irresponsabilidad de muchos gobiernos, especialmente de los países ricos, que no quieren establecer metas consistentes para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y salvar el clima. ¡Una verdadera ecomiopía!

E: ¿Eso proviene de una falta de voluntad política para llegar a acuerdos?

LB: Sobre todo de un conflicto de intereses. Las grandes empresas, por ejemplo las petroleras, no quieren cambiar porque perderían sus enormes ganancias actuales. Hay que entender la interdependencia del poder político y el económico. El gran poder es el económico. El político es una derivación del económico. Los Estados, en muchos casos, no representan los intereses de los pueblos sino de los grandes actores económicos.

E: En caso de un fracaso de Copenhague, ¿cuál sería el escenario posterior en lo que concierne a la ya grave situación climática?

LB: A mi entender, si hay una frustración política, eso puede significar un reto enorme para la sociedad civil. Para que se movilice, presione y promueva los cambios que vienen siempre de abajo. Confío en eso: la razón, la prudencia, la sabiduría vendrán de la sociedad civil. Será también, en cuanto al clima, el principal sujeto histórico. Ningún cambio real viene de arriba, sino de abajo.
Y a pesar de lo difícil del presente, tengo la confianza que no se trate de una tragedia que acabará mal sino de una crisis que purifica y que nos permita dar un salto en la dirección de un futuro mejor.

E: ¿Con un programa común para salvar la Tierra?

LB: Impulsando una bio-civilización que deberá promover cuatro ejes esenciales. El uso sustentable, responsable y solidario de los limitados recursos y servicios de la naturaleza. El control democrático de las relaciones sociales, especialmente sobre los mercados y los capitales especulativos. Un ethos mínimo mundial que debe nacer del intercambio multicultural, enfatizando en la compasión, la cooperación y la responsabilidad universal. Y la espiritualidad, como dimensión antropológica y no como un monopolio de las religiones. Debe desarrollarse como expresión de una conciencia que se siente parte de un Todo mayor, que percibe una Energía poderosa y que representa el sentido supremo de todo.

*Artículo Original y Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=94809

jueves, 22 de mayo de 2008

"El Derecho al Derecho"


"El derecho no es un fin en sí mismo, sino que es condición para la realización de un fin: la Condición Humana."
(Líneas sobre el pensamiento de K Ch F KRAUSE y la Filosofía del Derecho)

Por el hecho de ser persona, todos tienen "derecho al derecho". Esto es un derecho a ser considerado sujeto de derecho y a que se establezcan todas las condiciones de posibilidad necesarias para que pueda desarrollarse como tal.

Por ello el derecho al derecho es una consecuencia directa de la esencia humana, del carácter personal del ser humano, y no una consecuencia de una relación jurídica contractual.

Por ello la obligación de realizar el derecho es una obligación que nace de la misma necesidad del contenido del derecho de la condición humana.

La necesidad de respetar los derechos de los otros, se concluye del hecho que estos son "hombres" y, por tanto, sujetos de derecho, no porque estos han entrado en una relación contractual con nosotros, y este respeto no se define de forma negativa (en cuanto que limitación de mi libertad respecto de la libertad de los otros) sino de forma positiva.

La obligación jurídica que plantea Krause, exige del individuo no sólo que no interfiera negativamente en la esfera de las libertades particulares de los otros individuos, sino que incida "positivamente" para que la libertad de estos se verifique realmente, para que puedan realizar el contenido de esta libertad: la Condición Humana.

El fundamento último de lo jurídico: aquello que hace de un individuo un sujeto de derecho y que le confiere derechos y obligaciones no es la relación jurídica: una relación contractual relativa al cumplimiento recíproco del pacto, del contrato, sino, la esencia misma del hombre: su condición humana.

En el sistema planteado por Krause, todo individuo está comprometido con los derechos de los otros seres, pero de una forma positiva. Esto hace que la obligación jurídica de la esfera externa también sea, de algún modo, material.

Krause no se queda en la relación del "equilibrio de libertades" como sostienen los contractualistas o los formalistas, exige la realización material de esta libertad.

Que todo ser humano, disponga de las condiciones de posibilidad para la realización de su condición humana, y que de hecho la realice, es un imperativo jurídico para cada sujeto de derecho. En este sentido la "responsabilidad jurídica" respecto de aquellos que no pueden hacer prevalecer sus derechos o que no son aptos para ello, cobrará un lugar central en la idea de la humanidad que plantea Krause.

Propone a la Humanidad como sujeto jurídico por encima del individuo. Así de este modo, la obligación jurídica de toda persona va mucho más allá y es mucho más exigente: toda persona debe colaborar en el establecimiento de las condiciones de posibilidad para que la condición de la Humanidad como organismo superior, como Unidad, se lleve a cabo.

(NOTA: Krause, bajo el concepto de Humanidad como un todo orgánico, incorporará no sólo la totalidad de individuos particulares y sociedades, sino también a la Naturaleza como parte integrante de la Humanidad. Esto tendrá consecuencias prácticamente originales para su tiempo, como la defensa de "derechos de la naturaleza" y una cierta responsabilidad ecológica de los hombres para con su entorno natural, incluso en algunos de sus escritos ha planteado la necesidad de reconocer derechos a los animales como parte).

Krause propone un sistema que legitima el derecho de todo individuo a exigir sus derecho fundamentales sobre un derecho subjetivo que todo hombre tiene por el mero hecho de ser hombre. No se contenta con dictaminar acerca de los actos de los individuos, sino que establece las condiciones de posibilidad (en este caso internas) para que el individuo actúe como un hombre justo, esto es, que educa al hombre en el derecho, y conforma su voluntad respecto de la materia del derecho. Y que, finalmente, no define la libertad sólo respecto de la esfera formal de las libertades de los demás, sino desde la necesidad material de realizar el contenido del derecho.

Reivindica, al igual que lo hizo al proponer un carácter asistencial del derecho, una mayor implicación y responsabilidad del individuo en la situación de los otros sujetos de derecho. "De este modo se deduce para todo individuo la obligación jurídica de que el derecho del resto de los individuos llega a realizarse igualmente"

El sujeto jurídico por excelencia no es el individuo particular, sino la Humanidad en cuanto que unidad orgánica. De este modo, al aceptar como fin jurídico el establecimiento de las condiciones de posibilidad para la realización de la condición de la Humanidad como unidad, cada individuo pasa a estar implicado necesariamente en la realización del todo. Cada hombre debe colaborara de forma afirmativa, no sólo restrictiva, en la creación de las condiciones de posibilidad que permitan a todo individuo disfrutar de sus derechos. El derecho adquiere un carácter más público.

1- La condición humana es aquello que fundamenta el derecho interno

2- el derecho interno se entiende como un derecho potencial ("un derecho al derecho"), la afirmación de un sujeto como sujeto de derecho

3- todas las reivindicaciones que un sujeto de derecho hace de lo que podríamos llamar "sus derechos", obtienen su fundamento legitimidad en su derecho interno (su condición humana).



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"Poder ser libre no significa tener la libertad (en sentido negativo) para ser libre, sino tener la posibilidad, las condiciones de posibilidad (en sentido positivo) para poder realizar el contenido de la libertad".


El derecho externo debe ofrecer al individuo todas las condiciones necesarias que le permitan verificar realmente aquellos derechos subjetivos que a todo hombre se le suponen por el mero hecho de ser hombre. De nada serviría por ejemplo afirmar que todo hombre tiene derecho a la libertad de pensamiento si antes no se han creado las condiciones de posibilidad para que pueda pensar y razonar de forma libre, de manera autónoma e independiente, si antes no se ha observado que esta libertad de pensamiento presupone un derecho a la educación.

"El hombre llegará a desarrollarse intelectualmente de modo que pueda dedicarse a la ciencia, sólo cuando se den las condiciones externas precisas (...); si no le ofrecen estas condiciones no llegará a ser capaz de ello aún cuando éste fuera el mayor de los genios" ("Das system der Rechtsphilosophie. Vorlesungen für gelbidete aus allen Ständen. Verfast von Kar Christian Friedrich Krause, herausgegeben von Karl David August Röder, Leipzig 1874).

Krause hace incapié en la "asistencia", entendiendo aquí por asistencia la responsabilidad y el compromiso social y legal, que el Estado asume ante sus ciudadanos de garantizar, no sólo su libertad y derechos de un modo potencial, sino de asegurar a que cada uno de ellos, por el hecho de ser hombres, dispongan de las condiciones de posibilidad necesarias para realizarse como tales.

Así es que encontramos que el jurista Enrich Ahrens, reconoce tres principios en sus estudios:

1- Autonomía: por el cual a todo individuo se le reconoce el derecho a la autodeterminación y la capacidad de dirigir su vida y sus acciones de forma autónoma

2- Principio de Coexistencia: gracias al cual se regula la relación de los individuos en sociedad, y se estipula una restricción recíproca de la libertad particular de cada individuo respecto de la esfera de libertades de los otros sujetos de derecho.

3- Principio de Asistencia: a través del cual se establece una relación de apoyo y fomento, bien sea entre los distintos individuos, bien sea del Estado -como institución- para con sus ciudadanos con el fin de conseguir una cierta igualdad y justicia social que permita a cada sujeto dispone de las condiciones mínimas de posibilidad para realizar efectivamente sus derechos.

Vinculación con el Concepto de Organismo: presupone que todos los miembros que conforman el todo participan de una misma esencia, que es precisamente esta esencia común y la necesidad de su realización los que lleva a los individuos a unirse. Por ello sostiene que lo que los lleva a unirse, de un modo si se quiere optimista, es el amor y el saberse copartícipes de una misma naturaleza.

"El amor es la madre y el alma de toda sociedad. Y todos los hombres están llamados a formarse como un solo hombre, como una Humanidad en sentido auténtico".
La realización de la esencia de los particulares pasa necesariamente por la realización de la esencia del organismo en cuanto que unidad: el todo es anterior a las partes. Es decir que la realización de la esencia de cada individuo como ser humano (su carácter personal y humano) está irremisiblemente ligada a la realización de la esencia de la Humanidad como unidad orgánica de la que participan todos los individuos.

Por ello es que la Política Social debe asumir la responsabilidad no sólo de asegurar las libertades e intereses del individuo de un modo formal y a título particular, sino de sentar las bases de una justicia social que garantice la realización efectiva, armónica e igualitaria de los derechos de cada uno de los individuos en tanto que miembros de la sociedad o más precisamente de la Humanidad.-


                                                                                                                                                           Carlos A. Riego


*(hecho en base a Textos como "Enciclopedia Jurídica o Exposición Orgánica de la Ciencia del Derecho y el Estado" Heinrich Ahrens; y "La Filosfía del Derecho de K. Krause" de Francisco Querol Fernández)