Entrevista a Leonardo Boff (2009)*
Introducción:
La crisis ambiental irrumpe en el primer plano mediático de cara a la
Conferencia del Clima de Copenhague, Dinamarca, que se celebrará del 13 al 18
del próximo diciembre. Las perspectivas no son optimistas por falta de un
consenso previo para alcanzar un acuerdo definitivo. “A pesar de los
pronósticos sombríos, tengo confianza de que la esperanza vencerá al miedo y
que la vida es más fuerte que la muerte”, asegura el teólogo brasilero Leonardo
Boff al iniciar esta entrevista exclusiva durante su reciente visita a Suiza.
Boff, uno de los padres fundadores de la Teología de la Liberación recibió el 7
de noviembre el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Neuchâtel.
Previamente, la misma semana, animó un debate público organizado por las ONG de
cooperación solidaria E-CHANGER y Misión de Belém Immensee en la Casa de
Solidaridad Romero (RomeroHaus) en Lucerna, donde participaron 200 personas.
Entrevistador
(E): Todo el
mundo habla hoy de la problemática ecológica que vive el planeta. Usted fue uno
de los primeros, ya en los años ochenta, en alertar sobre este tema. ¿Cuál es
su análisis de la actual situación medioambiental?
Leonardo
Boff (LB): Hay muchos indicadores científicos que
apuntan a la irrupción de una tragedia ecológica y humanitaria. Nada esencial
ha cambiado desde la redacción de la "Carta de la Tierra" en 2003 que
elaboramos un grupo de personalidades del mundo entero. Decíamos en ese
maravilloso documento: “Estamos en un momento crítico de la Tierra en el cual
la humanidad debe escoger su futuro. Y la elección es ésta: o se promueve una
alianza global para cuidar a los otros y la Tierra o arriesgamos nuestra
destrucción y la devastación de la diversidad de la vida”.
E: “Se consume más de lo
que la Tierra soporta” Una afirmación tajante que no acepta términos medios ¿Cómo se sustenta?
LB: En la confluencia actual de tres crisis
estructurales. La crisis debido a la falta de sustentabilidad del planeta
Tierra; la crisis social mundial; y la crisis del calentamiento creciente.
E: ¿Puede ejemplificar esa
afirmación?
LB: A nivel social, casi la mitad de la humanidad vive
hoy por debajo del nivel de miseria. Las cifras son aterradoras. El 20% más
rico consume el 82,49 % de todas la riqueza de la Tierra y el 20% más pobre, se
tiene que contentar con un minúsculo 1,6%.
En
cuanto al calentamiento de la Tierra, la FAO (Organización de la ONU para la
Alimentación) ha advertido de que en los próximos años habrá entre 150 y 200
millones de refugiados climáticos. Las previsiones más dramáticas hablan de un
aumento para 2035 de 4°C. Y se especula para final del siglo con un aumento de
7°C. Si esto realmente se produce, ningún tipo de vida hoy conocido podrá
sobrevivir. En cuanto a la crisis de sustentabilidad, doy un ejemplo
ilustrativo: la humanidad está hoy consumiendo un 30% más de la capacidad de
reposición. Es decir un 30% más de lo que la Tierra misma puede reponer.
E: Sin embargo esta
tendencia consumista del planeta no es nueva...
LB: No. Pero lo que es nuevo son los niveles
acelerados de ese deterioro. Según estudios de todo crédito, en 1961
precisábamos de la mitad de la Tierra para dar respuesta a las demandas
humanas. En 1981 se daba un empate, es decir ya necesitábamos la Tierra entera.
En 1995 sobrepasamos en un 10% la capacidad de reposición, aunque todavía era
soportable. En 2008, superamos el 30%. La Tierra está dando señales inequívocas
de que ya no aguanta más.
E: “En algunos años se
necesitarían dos Tierras” ¿Con perspectivas futuras todavía más preocupantes?
LB: Si se mantiene el crecimiento del Producto Interno
Bruto (PIB) mundial entre 2-3% por año, como está previsto, en 2050
necesitaríamos dos planetas Tierra para dar respuesta al consumo, lo que es
imposible porque contamos con una sola.
E: ¿Eso obliga
a comenzar a pensar en otro paradigma de civilización?
LB: En efecto. No podemos producir como venimos
haciendo hasta ahora. El actual modelo de producción, el capitalista, parte del
falso presupuesto que la tierra es como un gran baúl del cual se pueden sacar
recursos indefinidamente para obtener beneficios con la mínima inversión
posible en el tiempo más corto. Hoy queda claro que la Tierra es un planeta
pequeño, viejo y limitado que no soporta una explotación ilimitada. Tenemos que
dirigirnos hacia otra forma de producción y asumir hábitos de consumo
distintos. Producir para responder a las necesidades humanas en armonía con la
Tierra, respetando sus límites, con un sentido de igualdad y de solidaridad con
las generaciones futuras. Ése es el nuevo paradigma de civilización.
E: Copenhague: la
influencia del poder económico Para volver al hoy y al aquí... En pocas
semanas se celebrará en Copenhague la Conferencia sobre el Clima. ¿Hay
perspectivas de un acuerdo?
LB: Hay una premisa clave. Debemos hacer todo lo posible
para estabilizar el clima evitando que el calentamiento de la tierra sea mayor
a 2 ó 3 grados y que la vida pueda continuar. Comprendiendo que ya ese
calentamiento implicaría una devastación de la biodiversidad y el holocausto de
millones de personas, cuyos territorios no serán más habitables, especialmente
en África y en el sudeste asiático. Me preocupa, en ese escenario, la
irresponsabilidad de muchos gobiernos, especialmente de los países ricos, que
no quieren establecer metas consistentes para la reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero y salvar el clima. ¡Una verdadera ecomiopía!
E: ¿Eso proviene de una
falta de voluntad política para llegar a acuerdos?
LB: Sobre todo de un conflicto de intereses. Las
grandes empresas, por ejemplo las petroleras, no quieren cambiar porque
perderían sus enormes ganancias actuales. Hay que entender la interdependencia
del poder político y el económico. El gran poder es el económico. El político
es una derivación del económico. Los Estados, en muchos casos, no representan
los intereses de los pueblos sino de los grandes actores económicos.
E: En caso de un fracaso de
Copenhague, ¿cuál sería el escenario posterior en lo que concierne a la ya
grave situación climática?
LB: A mi entender, si hay una frustración política, eso
puede significar un reto enorme para la sociedad civil. Para que se movilice,
presione y promueva los cambios que vienen siempre de abajo. Confío en eso: la
razón, la prudencia, la sabiduría vendrán de la sociedad civil. Será también,
en cuanto al clima, el principal sujeto histórico. Ningún cambio real viene de
arriba, sino de abajo.
Y
a pesar de lo difícil del presente, tengo la confianza que no se trate de una
tragedia que acabará mal sino de una crisis que purifica y que nos permita dar
un salto en la dirección de un futuro mejor.
E: ¿Con un programa común
para salvar la Tierra?
LB: Impulsando una bio-civilización que deberá
promover cuatro ejes esenciales. El uso sustentable, responsable y solidario de
los limitados recursos y servicios de la naturaleza. El control democrático de
las relaciones sociales, especialmente sobre los mercados y los capitales
especulativos. Un ethos mínimo mundial que debe nacer del intercambio
multicultural, enfatizando en la compasión, la cooperación y la responsabilidad
universal. Y la espiritualidad, como dimensión antropológica y no como un
monopolio de las religiones. Debe desarrollarse como expresión de una
conciencia que se siente parte de un Todo mayor, que percibe una Energía
poderosa y que representa el sentido supremo de todo.
*Artículo
Original y Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=94809
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si has de dejar un comentario, indica tu nombre y tu correo electrónico, la idea de ello es que quienes lean tu comentario puedan intercambiar opiniones. Gracias