Reflexionaba sobre lo sucedido en Once pero ya no puntualmente sobre la
empresa concesionaria, ni en el destino incierto de los subsidios, ni en la
falta de controles, ni en las posturas fanáticas, ni en la corruptela, ni en
los funcionarios públicos que trabajan para sí mismos. Por el contrario, estaba
pensando más en lo que esto muestra del "nosotros", y recordé esa
descripción cultural que se resume en la idea de "la viveza criolla"
que implica mirar casi con admiración al deshonesto, al que zafa, al pillo, al
piola, al que rápidamente se enriquece con maniobras fraudulentas o
con dineros públicos, esa viveza que implica que las leyes son para ser
violadas, que enseña que tenemos derechos pero que no tenemos que aceptar las
responsabilidades que implican, y que te inculca que esos son los ejemplos de
un modelo de éxito que hay que imitar, y así pensé que la tragedia en Once hoy
es un terrible ejemplo de lo que podemos esperar de esa idiosincrasia, de esa
viveza criolla, ya que parece que algunos, por acción u omisión, crearon un
entramado de factores teñidos de corrupción, desidia, miseria y desprecio por
el otro humano, que tuvieron como resultado decenas de muertos y centenares de
heridos en uno de los días más tristes que hemos de recordar.
Ojalá como sociedad
dejemos de admirar a estos sujetos y sus supuestos éxitos de progreso
económico, pues nunca progresaremos como nación ni mejoraremos como pueblo si
seguimos fomentando, pensando y consintiendo todo lo que implica esa mentalidad
pues de ella, al final, sólo podemos esperar los resultados más tristes como
los de Once.
Carlos A. Riego
(*) Carta de Lectores y de Opinión enviada a varios medios periodísticos a propósito de la Tragedia Ferroviaria ocurrida en Buenos Aires, en la estación de Once.
Vos siempre honesto y batallando por causas justas. Te felicito. Un abrazo. Fer "del Riva"
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